miércoles, 20 de agosto de 2008

LOS MISTERIOS DE LA ISLA DE PASCUA PARTE II -LOS MOAIS

LOS MOAIS
De acuerdo a las tradiciones isleñas, los moai (cabezas de piedra), era parte integral de una religión y vida espiritual complejas basadas en la veneración a los ancestros. Talladas para asemejarse a ancestros deificados, se creía que cada estatua poseía poderes cósmicos, mágicos que protegerían a sus descendientes.
Los primeros colonizadores de Rapa Nui eran de origen polinésico, y habrían llegado hasta allí en el siglo IV. Su escritura era jeroglífica y única, y ¡aún no se ha descifrado! Fueron el único pueblo en América que desarrolló una escritura. Su arquitectura monumental es sorprendente y, por si fuera poco, poseían avanzados conocimientos astronómicos.Alrededor del año 700 de nuestra era, empezó en lugares localizados principalmente a lo largo de la costa, la construcción de altares de piedra conocidos como ahu sobre los cuales se eregían los moai. Estos ahus también servían como tumbas en las cuales se colocaban los restos de los antepasados. La creación de los moai empezó varios siglos más tarde ya que la mayoría de ellos fueron tallados y colocados sobre los ahus durante un período de 300 años, desde 1200 hasta 1500. Se cree que habrían sido representaciones de antepasados difuntos (como señales lapidarias) o quizá de personajes importantes vivos, además de símbolos de estatus familiar. Deben haber sido extremadamente caros de construir: no sólo el tallado de cada estatua habría necesitado varios años de esfuerzo, sino que después debían ser trasportados por la isla hasta su ubicación definitiva. No se sabe exactamente cómo eran trasladados, pero dicho proceso casi seguro que exigió el uso de trineos o rodillos de madera.Son la imagen y el misterio de la Isla de Pascua. Pero no las únicas, también podemos encontrar numerosos petroglifos, algunos de ellos verdaderamente extraños, restos arqueológicos de sus antiguos visitantes y las famosas tablillas rongo-rongo. Los más de mil moais de la isla tienen unas características comunes, tienen aspecto humanoide, con el cráneo aplanado por la parte de arriba, la nariz larga y respingona, los labios finos y proyectados hacia adelante, una mandíbula exagerada, un cuello grueso y corto, orejas largas y ausencia de cráneo. El resto del cuerpo es de proporciones muy pequeñas respecto a la cabeza, rechoncho, de vientre abultado y con las manos de largos dedos que parecen sostener el peso del abdomen. No existen piernas en ninguno de ellos.La zona más trabajada de la escultura es siempre el rostro, que se caracteriza por lo protuberante de la boca, la nariz, la frente y las cejas. La parte posterior de la cabeza suele ser plana y a ambos lados de la cara suele haber dos grandes orejas de forma alargada. En los moais te encontrarás con algunos de los retratos más grandes jamás esculpidos, que van desde los dos metros hasta casi ¡los 10! de altura.
En la parte trasera muchos de estos moais tienen unos grabados en la espalda, podría ser una especie de ceñidor, aunque algunos han querido ver la cruz egipcia en estos dibujos. Además, cada moai estaba rematado por una especie de gorro justo encima de la cabeza, algunos de ellos en la actualidad aún lo tienen, es el denominado pukao, que podría ser un típico peinado papúa, todavía utilizado en Melanesia.
Sin embargo, existen otras esculturas en piedra diferentes y extrañas. Por ejemplo el moai “tuturi”, fue descubierto por Thor Heyrdhal en los años ciencuenta, se trata de un ser femenino en posición sentada o arrodillada y con la cabeza ligeramente elevada hacia el cielo, las manos se encuentran en posición de orar. ¿Qué o a quién representa esta extraña figura?.

En las laderas de las montañas de Pascua existen cientos de moais inacabados, gracias a ellos se ha podido comprender la forma en que estos monumentos eran construidos.Entre estos encontramos uno de los más insólitos, se trata de un moai con una perilla de estilo faraónico, existen algunas coincidencias que pueden hacer pensar en un acercamiento entre la cultura egipcia y la de Pascua, los pascuenses llamaban raa al sol, el mismo nombre que daban los egipcios Ra, además ya hemos comentado antes el extraño dibujo de la parte posterior de los moais que podría ser identificado como la cruz egipcia, y además también existe esta perilla en uno de los monumentos. Algunos investigadores han visto en estas coincidencias una prueba irrefutable de este acercamiento de culturas, a no ser por la distancia en el tiempo y en el espacio que las separaba. Los primeros restos datados de Pascua son del 386 de nuestra era y el Egipto faraónico terminó en el siglo IV antes de Cristo.

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